El Olimpo de los dioses: nuestra inspiración

El Olimpo de los dioses: nuestra inspiración

El olimpo de los dioses: nuestra inspiración

Una de las leyendas más curiosas y fantásticas que existen es la de los Dioses Olímpicos. Una época en la que reinaban seres extraordinarios en un ambiente bucólico y de ensueño. Los personajes de estos mitos se convirtieron en las musas de escritores, artistas y músicos. En Lab Vanitas también ha ocurrido. El Olimpo de los dioses es nuestra inspiración.

Cuenta el mito que el mundo estaba controlado por los dioses del Olimpo, aquellos que asumieron el poder e impusieron su orden tras derrotar a los Titanes, sus progenitores. Mediante esta mitología se entendía en Grecia el origen del universo. Y, a través de ellos y su legado, hemos podido conocer la visión del mundo de la antigua Grecia, la manera en la que practicaban la religión y cómo se representaba la cultura en la cuna de la civilización de Occidente.

En una sociedad politeísta como aquella, cada elemento, acción, poder, ritual… estaba asociado a un dios. Los antiguos griegos creían que las divinidades más importantes vivían en un panteón situado en lo alto del monte Olimpo, el lugar desde el que se aseguraban de que el mundo siguiera su curso.

 

Zeus, el Rey

De entre los dioses, Zeus era el rey, el dios del cielo y el trueno y gobernante del Olimpo. Sus hermanos eran Hares y Poseidón, este último, dio origen a varios linajes históricos tras casarse con Hera.

Para representar el amor carnal, la belleza y el deseo estaba Afrodita, Venus en la mitología romana, quien nació de la mismísima espuma del mar. Y Atenea tenía el cometido de controlar la guerra, la sabiduría y la artesanía. Esta diosa nació de la cabeza de Zeus y era experta en defensa y estrategia y, normalmente, se le representa con el diseño de un búho.

Aunque no formaba parte de los doce dioses del Olimpo, el papel de Prometeo también fue crucial. Junto a su hermano Epimeteo, tenía la misión de crear la humanidad y proveer tanto a los humanos como a los animales todo lo necesario para que pudieran vivir.

Pero como hemos dicho, no todo eran grandes dioses, la mitología griega estaba plagada de fantásticas figuras como las ninfas. Las ninfas del atardecer o las hespérides, eran las encargadas de cuidar un maravilloso jardín en un lejano rincón de occidente. Este lugar era el Jardín de Hera, donde crecían las manzanas de la inmortalidad. Otra ninfa muy ilustrada a lo largo de la historia del arte fue Dafne, hija del dios del río. Según el mito, Dafne fue perseguida por Apolo, que estaba enamorada de ella, y para poder escapar, le pidió ayuda a su padre, quien la convirtió en un árbol de laurel.

 

Los relatos de la mitología griega son infinitos y, con su historia, somos capaces de transportarnos a un mundo de fantasía y magia. Por eso, en Lab Vanitas lo tuvimos claro desde el inicio. El Olimpo de los dioses tenía que ser nuestra inspiración. A través de los masajes nombrados en honor a Venus, Atenea, Prometeo, Dafne, Hespérides o el propio Olimpo de los Dioses, entrarás en un mundo exclusivo de relajación y bienestar que se convertirá en una experiencia inolvidable.

Reinaldo Barboza
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